indignado

Cuatro años después de ser absuelto me han devuelto intacto mi portátil de 2005

Pieza de

Cuando se cumplen exactamente cuatro años desde que fui declarado inocente y ocho desde que se lo llevaron, mi abogado me ha llamado para decirme que podíamos ir a retirar el portátil que quedaba pendiente de devolución.

Un portátil que fue revisado el 9 de Noviembre de 2006 en mi presencia por un agente de la policía nacional carente de conocimientos informáticos y que determinó lo siguiente:

“Seguidamente, se enciende el ordenador  personal portátil, marca COMPAQ incautado en autos. Se accede al sistema operativo mediante la clave “——”. El sistema operativo es el Windows Xp Professional.

Se entra mediante el menú inicio a la aplicación Buscar y se buscan vídeos e imágenes. No se encuentran archivos de interés para al investigación en curso.”

El 21 de Noviembre de 2006 me devolvieron todos mis equipos y decidieron quedarse con el portátil para  que fuera revisado por la BIT. Nada de esto ocurrió. El portátil quedó almacenado en los juzgados hasta el día de ayer 6/6/2014,  día que me fue entregado con una etiqueta que ponía «Causa con pieza de CONVICCIÓN» ¿convicción de qué?

 

De lo único que estoy convencido es que ahora tengo un portátil que hace nueve años me costó 1.199€ (Febrero 2005)  y que a día de hoy ha caducado su efectividad tecnológica. Un portátil que ha estado parado en una estantería del juzgado con una etiqueta alejada de la verdad. Una infamia que refleja la carente profesionalidad de quiénes en su día se presentaron como «expertos».   Un portátil que pese a tener hoy valor cero me costará una minuta por las contínuas gestiones de mi abogado para que me fuera devuelto.  Y no, no tengo derecho a reclamar nada de oficio. Se me hizo justicia. Fui absuelto. Tengo que conformarme con eso.

 

La moral 2.0 ¿cuánto de estupidez? ¿cuánto de maldad?

Al poco tiempo de descubrir el  desaparecido  hilo de la Asociación de Internautas, un usuario me dio a conocer un principio que ha estado presente en casi  todas mis publicaciones.  El principio conocido como la Navaja de Hanlon indica lo siguiente: «Nunca le atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez».

En el vídeo anterior podemos escuchar las palabras del ex agente de la BIT que llevó mi caso al ser interrogado por mi abogado:

  • Mi abogado le preguntó por la disparidad de criterios policiales para justificar la detención de un internauta: un único archivo (BIT mi caso 2006), cinco archivos (Híspalis 2005) o 3 archivo (BIT 2008).   El agente diferenció entre los criterios policiales y los criterios judiciales.   ¿Para cuándo la justicia obligará a nuestros agentes a unificar criterios policiales?  En la actualidad persisten las detenciones basadas en un único rastro P2P. Ver registro de operaciones P2P.
  • El nombre del único archivo rastreado en mi caso estaba formado por palabras inglesas. El agente en reiteradas ocasiones dijo que yo me había descargado un archivo con nombre «niña de 11 años penetrada por niño de 12 años».  Esa no era la traducción exacta del nombre del archivo. ¿Por qué ejerció de mal traductor? ¿por qué nadie se percató de ese atrevimiento?
  • El archivo de mi caso sigue ahora mismo en las redes P2P.  Nunca fue retirado y nunca nadie planteó ninguna acción para hacerlo.
  • Cuando mi abogado le preguntó ¿por qué razón nunca se encontró ese archivo en los equipos del acusado?  el agente argumentó que pudiera haberlo borrado o que «pudo existir un error por parte de telefónica» en la identificación de la dirección IP, que recordemos que este agente la obtuvo con un eMule Plus usado previamente sin control judicial.   Lo sorprendente es que por esa época mi dirección IP era estática (no cambiante). Así lo informó Telefónica en la correspondiente notificación a la BIT.  ¿Estaba este agente echando balones fuera?
  • Sorprendentemente el agente justificó todas las deficiencias de su investigación argumentando que «por eso nosotros solicitamos siempre la entrada  y registro». ¿No debería ser preceptivo judicialmente el análisis de las comunicaciones de una ADSL (18.3CE) antes de arrasar con el domicilio del titular de la conexión (18.2CE)?   Durante estos días surge en la red la noticia Una orden judicial que exija «espiar» sistemas P2P de forma generalizada, vulnera derechos fundamentales.  ¿Es alguien capaz de percatarse que en las detenciones P2P por pornografía infantil NADIE espía la conexión del detenido?  Nunca se interceptan las comunicaciones (18.3CE).  Directamente desde los datos obtenidos en el extremo de un peer policial rastreador (programa prestado y no homologado por nadie)  se justifica la orden de entrada y registro que arrasa con el detenido sin opciones a la presunción de inocencia.

A veces cuesta mucho separar la estupidez de la maldad.

Veredicto: ¡¡¡ I N O C E N T E !!! ¿y ahora qué?

Cuando se cumplen 106 días desde que mi juicio quedó visto para sentencia,  casi cuatro años después del registro de mi domicilio,  he recibido la llamada de mi abogado.  Su tono sonriente me desveló el resultado favorable de la sentencia.  Una conversación muy breve de escasos segundos en los que me describió el grosor de la sentencia – casi 50 folios –  y el resultado final.   Nada más finalizar la llamada, como si fuera un zombi me dirigí hacia mis compañeros de trabajo y, sin mediar palabra, levanté los brazos hacia el cielo.   Por unos minutos parecía que no iba a poder contener las lágrimas mientras mis compañeros me felicitaban.  «Todavía queda cinco días para que la fiscalía recurra la sentencia» – les decía.

Llamé a las primeras personas que me tendieron una mano cuando yo estaba pasando mis peores momentos.  Entre ellas una persona, que aunque «nunca existe» como Dios,   para mí fue todo un milagro. Él y su compañera – a la que le deseo toda la salud del mundo – me agarraron antes de caer en un abismo sin remedio.

Seguidamente llamé  a mi novia. La persona que ha soportado conmigo todas mis pesadillas.   Por momentos noté que ella necesitaba más que yo esta noticia.   Al percibir su enorme alegría,  tuve una extraña sensación después de esos primeros momentos.  Me preguntaba ¿qué tengo que celebrar?. Una sensación de rabia e impotencia dio paso a lo que ha sido frecuente durante todo este tiempo:  un interminable dolor de cabeza.

El comentario más frecuente de mis amigos era  ¡vas a reclamar daños y perjuicios! ¿verdad?  A lo que yo respondía una y otra vez,  «creo que no sabes muy bien cómo funciona la justicia» .  Generalmente las personas que ven estas cosas de lejos,  las que nunca se han asomado al abismo judicial,  tienden a creer que todo es recompensable.  Nada más lejos de la realidad.

Finalizada la jornada laboral, cuando llegué a casa,  ha sido un día normal. Mi padre, de 74 años,  siempre lo he tenido al margen de este asunto.  Almorcé con mucha prisa para dirigirme a mi ordenador.  Desde hace tiempo he ido anotando en una hoja de Excel los móviles de las personas a la que en algún momento le he contado mi situación.   Personas a las que tengo que estar muy agradecido por su confianza y apoyo.  Entre ellas se encuentra mi perito informático, una pieza clave en todo mi proceso.

Como saben todos los detenidos tenemos derecho a un juicio público, algo que en los casos P2P más que un derecho es una condena social.   En memoria de  los cerca de 4.000 internautas que han sido detenidos con argumentos falaces, condenados, probablemente, en completa indefensión,  voy a liberar las grabaciones de mi juicio, con la única finalidad de servir de base documental de lo que acontece en los juicios P2P.

No estoy cometiendo ningún delito. Como me dijo un buen amigo abogado,  si en tu juicio cupieran los más de cuarenta millones de españoles, podrían estar allí presentes.  No es lo mismo, pero parecido.

Aquí les adelanto un pequeño fragmento,   que pueden ampliar visitando mi canal en Youtube.

El agente de la BIT,  actual agente de la Europol,  que pulsó la tecla imprimir pantalla en su investigación P2P,  que justificó a un juez la gravedad de un suceso tecnológico para retirar derechos constitucionales a unos internautas,  declaró esto en mi juicio:

Que cada uno saque sus propias conclusiones.

Indignado
PD: Gracias a los internautas del foro de la AI  (no es que me haya olvidado, es que los tengo presente siempre).

80 días sin sentencia

80 días,  con sus 80 noches,  esperando a que una persona decida  mi futuro.   Es curioso cómo te puede cambia la imagen que tienes de la Justicia cuando te acercas al abismo y te das cuenta de que todo depende de una persona.  Una persona que se presupone imparcial y capacitada, pero inevitablemente me asaltan las dudas ¿se puede ser imparcial desde el desconocimiento? ¿Podrá esta persona evitar sus automatismos morales?

El automatismo moral parece surgir inevitablemente cuando alguien se expresa en términos de protección infantil.   El caos conceptual se encarga de generar la suficiente alarma social para que cualquier tema, por muy distante que esté del abuso sexual infantil,  sea transmitido como pederastia.

El carácter instrumental de la pornografía infantil es, sin lugar a dudas,  muy poderoso.  Los argumentos sobre protección infantil evitan muchos controles, individuales e institucionales,  gracias a los automatismos morales.   ¿Quién se puede negar ante cualquier iniciativa cuyo slogan sea la protección infantil?

Desde mi punto de vista, uno de los principales problema es la incorporación de la adolescencia al término «infancia» .   El ciudadano interpreta este término semánticamente,  como el periodo que va desde el nacimiento hasta la pubertad.   Pero institucionalmente este periodo ha sido ampliado hasta la mayoría de edad.  Una ampliación que surge a raíz de las distintas declaraciones internacionales sucedidas en el siglo XX sobre la protección infantil.    En este sentido existe una gran confusión mediática a la hora de catalogar los abusos sexuales infantiles.

Analicemos la siguiente noticia: Los carmelitas apartan al cura denunciado por pederastia .  Según esta noticia, los hechos ocurrieron cuando la víctima tenía 16 años.   Según la RAE,  la pederastia es el abuso sexual cometido a un niño.   Según el código penal español en su artículo 180 establece que cualquier persona a partir de los 13 años, puede tener relaciones consentidas con quien le plazca.    Partimos de una base sólida,  cualquier tipo de abuso sexual debe ser perseguido y castigado.   La pregunta es  ¿ha presentado la denuncia el joven de 16 años o la denuncia surge de terceras partes?. Es de suponer, que en este tipo de casos, el juez está libre de automatismos morales y centrará su labor en juzgar en el marco legal vigente a esta persona.  En cambio los medios hablan de un «delito de pedofilia» y la Sociedad ya ha dictado sentencia a un cura.

La pregunta es ¿existe el delito de pedofilia? Muchas personas,   incluso profesionales de la comunicación,  confunden como sinónimos los términos pedofilia y pederastia .   Les aseguro que yo hace algunos años no sabía la diferencia.   Un pederasta es seguro un delincuente,  un pedófilo podría serlo o no.   Ante este tipo de afirmaciones,  es cuando saltan las alarmas pasionales y los automatismos morales que bloquean cualquier intento razonado de explicar tal afirmación.

De nada sirve que yo afirme que no soy pedófilo y que estoy en contra de cualquier tipo de abuso sexual.  Simplemente soy una persona que ha logrado traspasar la bruma generada por la pedofilofobia existente y afirmo que un pedófilo, mientras se mantenga casto o virgen de su parafilia,  es una persona recuperable socialmente.  Lógicamente sin llegar nunca al extremo de que un partido político  pudiera defender esta parafilia como una opción sexual.  Los pedófilos necesitan terapia y no un curso acelerado de pederastia en la cárcel.

Siendo consciente de que la Sociedad entierra cualquier discurso que se desvie de la tolerancia cero a cualquier cosa que incluso de lejos huela a pedofilia,  no me cabe más que esperar el rechazo en masa de mi personal opinión.  Lejos de ser un camicace,  no pienso salir a la calle a pregonar este sermón y simplemente lo hago constar en este blog.

Vivimos inmersos en revoluciones sociales constantes,  cada golpe tecnológico transforma nuestras vidas.  La brecha digital existente marca serias diferencias entre jóvenes y viejos.   Mientras en internet la gran masa está formada por jóvenes, las leyes  digitales están siendo elaboradas por los viejos.   Viejos a los que se les presupone competencias suficientes basadas en su experiencia vital para no cometer errores.

Analicemos la siguiente noticia: El PP presenta una batería de iniciativas contra la pedofilia en internet .   La medida estrella es la urgente aplicación del Filtro Europeo de Contenidos Online, denominado CIRCAMP.   Argumenta el PP que: «es inexplicable este retraso, que está dificultando el trabajo de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en la lucha contra la pedofilia y la pornografía infantil en la red«.    Pero si accedemos a la página web del proyecto Circamp, en las preguntas frecuentes podemos encontrar esta:  Does the blocking affect P2P file sharing too? ¿afectará el filtro también a las redes P2P?  Respuesta: No,  únicamente a la navegación web.     Una medida que en nada afecta a la actual labor de nuestros agentes,  que está centrada casi exclusivamente en las redes P2P donde en los últimos años hemos sido de tenidos aproximadamente 4000 internautas.

Un filtro que no está exento de controversias y cuyo principal fin es apartar de la vista del internauta del primer mundo la existencia de supuestos contenidos aberrantes, que generalmente surgen en países sin legislación al respecto.   Posiblemente también sea aplicable este filtro para incluir los cientos de perfiles de supuestos pedófilos en la red social de Microsoft, y así evitar que los europeos tengamos conciencia de una cruda realidad:  la pedofilia existe.  ¿Tapar es la solución? ¿qué pasará cuando no veamos esos contenidos? ¿nuestras conciencias estarán más tranquilas? ¿se acabarán los abusos sexuales infantiles?

La triste realidad es que los niños seguirán siendo abusados, en el mismo lugar de siempre:  en su entorno cercano,  lejos de internet.

Indignado